La gestión basada en actividades (ABM) es una estrategia de gestión en la que los procesos de negocio se evalúan y ajustan según su rentabilidad mediante el cálculo de costes basado en actividades.
ABM se utiliza para evaluar procesos comerciales. Si un proceso empresarial pierde dinero de la empresa, se examina para ver si se puede aumentar su eficiencia o si se puede eliminar el proceso. Si bien es más común en la empresa, ABM también se usa en organizaciones sin fines de lucro, escuelas, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales (ONG).
ABM puede ser estratégico u operativo. El ABM estratégico se preocupa por si la dirección planificada de una empresa es la adecuada para la eficiencia. El ABM operativo se preocupa por cómo operan los procesos de la empresa.
Todos los costos asociados con un proceso comercial se evalúan primero en AMB. Los costos evaluados pueden incluir personal, equipo, materiales y gastos generales de distribución. Una vez que se crea una imagen precisa de los costos, ABM considera cómo se podría reducir cada costo. Por ejemplo, las consideraciones pueden incluir si una tarea podría completarse de manera eficiente con menos trabajadores o si los materiales podrían adquirirse por un precio más bajo. Cuando se aplica bien y con prudencia, el ABM no solo puede mejorar la eficiencia empresarial, sino también hacer que el presupuesto sea más preciso.
Un peligro asociado con ABM es la posibilidad de eliminar gastos que afectan la eficiencia pero donde los efectos no se pueden medir directamente. Las mejoras en las condiciones de los trabajadores, por ejemplo, tienen un costo mensurable pero, menos directamente, un aumento mensurable de la productividad. En ABM, estos costos pueden eliminarse y, a veces, dar lugar a reducciones inesperadas en la eficiencia general.
Esto se actualizó por última vez en Septiembre de 2017
Continuar leyendo sobre la gestión basada en actividades (ABM)